Guerras Privadas en África: La Competencia Entre Estados Unidos y Rusia en República Centroafricana

La creciente competencia entre una empresa estadounidense y el grupo ruso Wagner está abriendo la puerta a la privatización de los conflictos bélicos, eludiendo las leyes internacionales. La República Centroafricana se ha convertido en un inquietante laboratorio político-militar, cuyo impacto podría extenderse y generar mayor inestabilidad en la región, debido a las acciones impunes de sus actores fuera de las convenciones internacionales de la guerra.

Con la aprobación del gobierno local, el grupo ruso Wagner ha mantenido una presencia constante en la República Centroafricana. Ahora, la empresa estadounidense Bancroft Global Development, con amplia experiencia en el entrenamiento de ejércitos en países como Somalia, entra en escena. Este hecho representa, en la práctica, una privatización de la política de defensa que nos remonta a tiempos previos a la creación de los Estados modernos.

Las milicias cristianas e islamistas han protagonizado enfrentamientos en la República Centroafricana durante años, un país extremadamente pobre a pesar de su vasta riqueza en recursos naturales. Bancroft está en conversaciones con el gobierno del presidente Faustin-Archange Touadéra para desarrollar «posibles actividades futuras», mientras que el ejecutivo ha declarado que está «diversificando» sus relaciones en materia de seguridad.

Detrás de este lenguaje eufemístico de negocios se esconde una realidad de guerra ejecutada por ejércitos privados. Aunque la creación de ejércitos nacionales no eliminó la existencia de mercenarios, lo que ha cambiado es que ahora estos están respaldados abiertamente por Estados, en este caso dos superpotencias. Wagner, conocido por su estrecha relación con el régimen de Vladímir Putin, ha sido utilizado como fuerza de choque en Ucrania y desplegado en diversos países del África subsahariana como parte de una estrategia para intervenir en áreas de influencia tradicional europea, particularmente de Francia. Por su parte, Bancroft, fundada hace 24 años inicialmente como una empresa dedicada a la limpieza de minas antipersona, tiene hoy al Departamento de Estado de EE. UU. como su principal financiador.

La ONU ha acusado a Wagner de numerosas violaciones de los derechos humanos. Paralelamente a sus actividades militares, este grupo mercenario también promueve manifestaciones en Bangui, la capital centroafricana, en contra de las conversaciones del gobierno con Bancroft.

La competencia entre estos dos grupos trasciende el mero negocio mercenario. Moscú y Washington están tomando posiciones estratégicas en un escenario de posible confrontación indirecta entre ambas potencias. La principal víctima de este enfrentamiento será, sin duda, la población civil, reducida a peones en un juego de poder a gran escala.

Para más detalles sobre esta preocupante situación y otras noticias de actualidad, visite Mundo Help, su portal de noticias confiables.

Fuente: Diario El País España elpais.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *